José Esquinas-Alcázar es Doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid y Máster en Horticultura y Doctor en Genética por la Universidad de California (EEUU). Ha trabajado en la FAO durante 30 años ocupándose fundamentalmente de temas tales como recursos genéticos, biodiversidad agrícola, cooperación internacional y ética para la agricultura y la alimentación. Hijo y nieto de agricultores manchegos, de Ciudad Real, Esquinas defiende la agricultura familiar y una justa distribución de los recursos.
Has comentado alguna vez que “El campo ha sido la mejor universidad”, ¿Por qué?
Sí. El campo enseña una serie de virtudes que después te ayudan profundamente en la vida. Una de ellas es ser paciente. Cuando tu siembras una semilla tienes que esperar a que germine y cuando germina tienes que regarla, cuidarla, esperar a que florezca.... Esa paciencia es importante y también te ayuda a asumir riesgos. Puede que los gorriones te coman la planta, pero como dice el refrán “Si no siembras por miedo a los gorriones nunca cosechas”. También la perseverancia es importante y además el campo tiene una enorme interdisciplinariedad. Cuando eres agricultor necesitas conocimientos prácticos, de meteorología, de edafologia, de la tierra, de biología, de botánica... Porque necesitas saber cuándo siembras, cómo se colecta y cuándo se hace, por ejemplo. Por eso Cicerón decía que “La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación mas digna para todo hombre libre”. Pero refieriéndose a la agri-cultura y no al actual agrobussines. Todo esto no significa menospreciar la universidad, realmente el aprendizaje en el campo y en la universidad son y deben ser complementarios, por lo que debemos establecer una sinergía.
También te llamaron “Pepe el de los melones”.¿Porqué te despertó el interés por hacer un estudio sobre la diversidad de semillas de melones?
Hice mi primer doctorado sobre la diversidad de melones. Eran los años 60 y en mi casa se cultivaban, pero se estaba perdiendo en España muchísima diversidad respecto a colores, formas, tamaños, sabores y aromas. Eso es lo que me llevo a recolectar en todo el territorio nacional unas 380 variedades diversas de melones, de las que hoy no se cultivan mas de 10 o 12. Muchas de las que recolecté se mantienen en el Banco Nacional de germoplasma.
Encarnita Sanchez, locutora de radio, fue la que me empezó a llamar “Pepe el de los melones”. Durante tres meses de verano tuve muchísimo trabajo, puesto que sembraba un número de plantas por variedad y tenía que evaluar las características no solo de cada una de esas plantas sino de cada uno de los melones que produce la planta. Estamos hablando de decenas de miles de melones. Me rodeé de estudiantes, pero no era suficiente y necesitaba refuerzos. Así conseguí un acuerdo con Encarnita Sánchez y a cambio de que yo le contase una anécdota de lo que había ocurrido en el campo de los melones todos los días, ella pedía refuerzos para que vinieran a Aranjuez a ayudarnos. Vinieron muchos estudiantes porque les parecía interesante. Trabajábamos, polinizábamos las plantas y hacíamos la recogida de datos. Funcionó muy bien.
Después de este trabajo empezaste a trabajar en la FAO, ¿Qué te llevo a trabajar allí?
Antes de eso me fui a hacer otro doctorado esta vez en genética a Estados Unidos y a la vuelta, atendí en España a una misión de recolección de germoplasmas de la FAO y es ahí donde surgió la posibilidad de solicitar un puesto en la organización. Con un enorme idealismo y con ganas de trabajar para el mundo decidí irme para seis meses, pero pronto esos seis meses se transformaron en 30 años. En todo este tiempo he aprendido muchísimo personal y profesionalmente y me ha permitido visitar mas de 120 países.
Comencé trabajando con semillas, recursos genéticos y agrodiversidad, prácticamente sobre todos los cultivos en los que se estaba perdiendo la diversidad genética y también biodiversidad en animales en granja, bosques, microorganismos y peces. Trabajaba sobre los aspectos más técnicos, hacíamos misiones de recolección, cursos, procesos o proyectos de evaluación y documentación de esa diversidad.
Más tarde nos dimos cuenta que los problemas que producían la erosión y la pérdida de la diversidad genética no eran sólo técnicos, sino que tenían connotaciones de índole socioeconómica, ética, política y las soluciones también tenían que ir en esa linea. Eso me llevó a un trabajo mucho mas jurídico y político, incluido la negociación de una serie de acuerdos internacionales que desembocan en el Tratado Internacional de Recursos Fitogenéticos, hoy ratificado por los parlamentos de más de 140 países. Los últimos años fui también presidente del Comité FAO de ética para la agricultura y la alimentación.
Has comentando el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, ¿Cómo valoras este trabajo y cuál es la importancia que tiene éste tratado para el mantenimiento de la biodiversidad agraria?
Es muy importante. Es un acuerdo vinculante para todos los países que lo han ratificado por los parlamentos de 140 países. . Entró en vigor en 2004. Fue difícil, un tema técnicamente complejo y políticamente comprometido, pero cuando finalmente después de 20 años después se aprueba el tratado por consenso, que es considerado por el director general de la FAO “una piedra millar en las relaciones norte-sur”. Los objetivos del tratado son tres: la conservación de los recursos naturales para el uso y disfrute de todas generaciones; el uso sostenible y amplio y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de ese uso.
También es muy importante el artículo 9, que habla de los derechos de los/as agricultores/as tradicionales que han desarrollado sus semillas de variedades locales a los largo de los siglos y las han conservado hasta nuestro días. Se establecen derechos tales cómo participar en las decisiones políticas, a tener parte de los beneficios o a la protección del conocimiento tradicional.
¿Y para el desarrollo de la agricultura ecológica?
Para la agricultura ecológica es muy importante. Estas variedades tradicionales son las que están adaptadas a las condiciones climáticas locales y a los gustos locales. Uno de los retos que tiene la agricultura ecológica en estos momentos, es que entre los requisitos para que un producto se considere ecológico se tenga en cuenta y se promueva el uso de este tipo de variedades tradicionales, que ya lo hacen los/as agricultores/as pero la normativa es silente.
¿En qué momento se encuentran la biodiversidad agraria, las variedades locales, en el estado Español?
Se ha avanzado mucho, aunque todavía queda mucho por hacer, sobre todo porque las causas que fundamentaron la pérdida de biodiversidad siguen vigentes. La uniformización de nuestra agricultura como consecuencia de un proceso mercantilista se ha incrementado y sino eliminamos las causas va a seguir. Si que ha habido avances en la toma de conciencia y en poner en practica elementos para conservar lo mas posible en los bancos de germoplasma. Se ha avanzado menos en conservación in situ y on farm. España a nivel europeo es el país con mayor cantidad de biodiversidad agrícola, porque ha sido puente, entre Europa y los países árabes y entre América Latina y el resto de Europa. Además, tenemos una gran diversidad de climas y microclimas. No obstante, no somos autosuficientes. España tiene una dependencia de casi un 85% de otros países, es decir, cuando tenemos un problema en nuestros cultivos, en el 85% de los casos tenemos que buscar las genes que se necesitan fuera de nuestra fronteras.
¿Qué se está haciendo por recuperar y/o mantener estos recursos? ¿Qué medidas habría que tomar?
Una gran asignatura pendiente es que la elaboración de informes y documentos sobre el estado actual se realice de abajo a arriba con la implicación de todos/as los/as agentes. Los informes nacionales sobre la situación de España y los planes de acciones periódicos están hechos a nivel ministerial, por un grupo de expertos/as, pero también aquí es preciso democratizar y veo imprescindible hacerlo de abajo a arriba. Comenzando desde las comunidades mas pequeñas, provincias, comunidades autónomas, y que finalmente se complete a nivel estatal.
Por otra parte, creo que es importante el desarrollo integral del tratado internacional incluido los artículos que se han ignorado hasta ahora, muchas veces, de manera no casual. Este es el caso de los derechos de los agricultores, por ejemplo.
Y ¿qué importancia tienen las variedades locales en la agricultura ecológica?
Si las variedades locales son las más adaptadas a las condiciones locales, de suelo, de clima y a los gustos locales, el uso de estas variedades permite usar menos inputs y permite incrementar la producción local adaptada a la cocina local. Los platos tradicionales de las cocinas locales están basados en las variedades de tomates, berenjenas o en arroz que se han cultivado allí durante siglos. Por lo tanto, esa mejor adaptación para mi es clave y permite mantener también la identidad local de la agricultura ecológica. Carlo Petrini presidente de Slow Food me decía que no podía entender cómo se defiende la existencia de una iglesia románica o un monumento histórico como seña de identidad y no se defiende de la misma manera la existencia de las variedades tradicionales y locales que también han llevado siglos y milenios desarrollarlas.
Últimamente se habla mucho de transgénicos, ¿Qué les dirías a aquellas personas que opinan que sólo los transgénicos pueden alimentar al mundo?
Se dice que los transgénicos producen más y también que añaden biodiversidad. En primer lugar, tengo que decir que el problema del hambre en el mundo no es un problema de mayor producción. Hoy en día estamos produciendo el 60% más de los que necesitaríamos para alimentar al mundo, y sin embargo, entre 35.000 y 40.000 personas mueren cada día como consecuencia del hambre y la malnutrición. Alimentos hay de sobra, lo que necesitamos es que esos alimentos que están en el mercado internacional puedan llegar a la mesa y a la boca de los que tienen hambre. No hay que producir mas, hay fomentar la producción local, lo que llamamos soberanía alimentaria. Ahí está la solución. No se necesitan mas alimentos a nivel global, se necesita que los alimentos lleguen a todos/as. Decía Kennedy que tenemos los medios y la capacidad para erradicar el hambre en el mundo, lo que necesitamos es la voluntad política de hacerlo.
La pérdida y el desperdicio de alimentos es elevadísimo. Una tercera parte de la producción mundial de alimentos, equivalente a 1.300 millones de toneladas métricas, se pierden y se desperdician cada año a nivel mundial. Una gran parte de estos alimentos terminan en la basura. En Europa estaríamos hablando de 89 millones de toneladas métricas. Y en el caso de España en época de crisis, 7,7 millones de toneladas métricas, es decir, unos 169 kilos por habitante y año. Además, casi el 30% de los que terminan en la basura terminan en envase sin abrir porque han caducado. Tenemos una responsabilidad personal e individual, los alimentos han pasado de ser aquello que servía para alimentar, a ser una mercancía.
Por lo tanto, producir en el lugar dónde se necesita es la solución. Además no es cierto que los transgénicos aumenten la biodiversidad. La diversidad infrautilizada en el mundo es enorme, según datos de la FAO el ser humano ha utilizado entre 8 y 10.000 especies distintas para agricultura y la alimentación. Hoy estamos cultivando comercialmente no más de 150 y sólo cuatro de ellas, el trigo, el arroz, el maíz y la patata están contribuyendo en más del 60% a la alimentación calórica humana. Estamos, por tanto, absolutamente infrautilizando la diversidad infinita que tenemos, y, ademas, la vamos a necesitar ahora para hacer frente al cambio climático. La diversidad que puede crear un transgénico es muy reducida comparada con la que tenemos en la naturaleza.
Y hablando de alimentar al mundo, ¿la agricultura ecológica puede alimentar al mundo?
En mi opinión si, si entendemos la agricultura ecológica en un sentido amplio. Para mi es la diversidad de los sistemas agrícolas lo que permite alimentar el mundo, incluyendo la agricultura ecológica, orgánica, biológica, urbana y peri-urbana etc. No creo que se deba imponer un sistema agrícola sobre otro.
En 2014 la FAO organizó el año internacional de agricultura familiar, muy ligada a la agricultura ecológica. Se hizo un estudio comparativo, no sobre la producción total de los alimentos sino sobre la procedencia de los alimentos que llegan a la boca del consumidor, y dio como resultado que el 75 y el 80% de los alimentos proceden de la agricultura familiar. ¿Quién alimenta al mundo? No es la agricultura industrial, sino la agricultura familiar, y está enormemente ligada a la agroecología.
Hay otro estudio reciente de ETC en Canadá en el que no se tiene en cuenta solo el valor de la producción de un alimento sino también el coste medioambiental y el coste que tiene para la salud humana determinados tipos de agricultura. Entonces, por cada euro que se paga en el mercado por un producto convencional, la sociedad a través de nuestros impuestos tiene que pagar dos euros más por los daños medioambientales y a la salud humana causada por ese tipo de agricultura. Entonces, el precio real de ese producto sería de 3 euros. Al fin y al cabo, es una subvención encubierta a la agricultura industrial.
Una de las líneas de trabajo en CPAEN es trabajar en el impulso del consumo local ecológico. Qué opinas sobre “Producir más aquí para alimentar a los de aquí”? O está bien producir más en España para que coman en otro país? Qué opinas de esto?
Evidentemente producir mas aquí para que coman allí no esta funcionado, por que eso se hace a través del mercado internacional donde caben todas las especulaciones mercantilistas. El objetivo es producir más dónde se necesita más. Hay que producir aquí lo se necesita aquí y producir allí lo que se necesite allí. Los alimentos que llegan al consumidor en España han recorrido de media 2500km. Esto es realmente absurdo, es un coste adicional y para recorrer eso, han necesitado una cantidad de productos para preservarlos que no hacen mas que envenenar a los alimentos. Tres grandes fusiones de multinacionales comercializan el 70% de las semillas a nivel mundial y casi el 65% de los agroquímicos. Nuestra alimentación esta bajo el control de grandes multinacionales y eso perjudica tanto al pequeño/ agricultor/a como al consumidor. Hay que recuperar la soberanía alimentaria, la capacidad de alimentarnos al nivel mas cercano posible.
Por lo tanto, ¿Comprar es un acto político?
Según que compro, estoy incentivando o desincentivando un sistema u otro de producción. Si yo me empeño en comprar alimentos ecológicos, ocurre que hasta las grandes comercializadoras de alimentos están teniendo lineas de alimentos ecológicos. Lo que tu demandas es lo que se va a producir. El poder del consumidor es grande y podemos influir para conseguir un mundo mejor y una agricultura más sana. Es muy importante que sepamos transformar de manera pacífica nuestro carro de la compra en un carro de combate.
¿Qué opinas sobre la agricultura ecológica? ¿Crees que es la agricultura de futuro?
La agricultura del futuro tiene que ser necesariamente sostenible, no puede ser agresiva con el medio ambiente y tiene que favorecer la salud humana. Si ponemos estos requisitos sobre la mesa, la agricultura ecológica tiene más puntos que ninguna para que ser la agricultura del futuro. Pero esto no significa volver al pasado, debemos utilizar todo los avances de la ciencia, que nos permiten acercar el productor al consumidor y hacer el trabajo agradable y cómodo. Además, opino que la conexión ecológica con las variedades locales debe ser mas explícita.
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