Habéis realizado el análisis del consumo alimentario en España y los datos son preocupantes. ¿Cómo consumimos?
Los datos oficiales de consumo de la población a nivel estatal se utilizan con frecuencia para caracterizar la dieta de un país. Sin embargo, la información proporcionada puede no ser siempre representativa de la realidad.Hemos trabajado en corregir esos datos porque veíamos que había un desbalance.
El resultado ha sido que el estado nutricional de la población va de mal en peor: cada vez hay más sobrepeso, más obesidad y más enfermedades asociadas a la mala alimentación. Hemos hecho un trabajo metodológico muy complejo en el que hemos demostrado que aún siendo no saludable los datos de consumo que dice el Ministerio la situación es aún peor.
Hemos observado que hay un déficit enorme en el consumo de legumbres, frutas, verduras y frutos secos y sin embargo, un exceso de consumo de carne. Estamos haciendo justo lo contrario de lo que tenemos que hacer si queremos ser sostenibles y saludables y estamos incidiendo de forma brutal en el cambio climático. Es una situación totalmente insostenible, ya no solo para la salud humana sino a nivel de cuidado de planeta.
¿Y qué podemos hacer para revertir la situación?
Menos mal que lo que es saludable también es sostenible. Hay que disminuir el consumo de procesados, es brutal, estamos consumiendo todos los días varias veces este tipo de alimentos y esos es insostenible y un riesgo para nuestra salud. La AESAN publicó un informe sobre el impacto del consumo de alimentos “ultra-procesados” en la salud de los consumidores menciona que la cuarta parte de la energía que consumimos es a base de alimentos muy procesados. El ultraprocesado está demasiado presente, tenemos que ir a por alimentos frescos.
Yo imparto clase en el grado de nutrición y tenemos que enseñar a cocinar. Para comer bien hay que saber cocinar, porque si no sabemos cocinar hay más probabilidades de consumir ultraprocesados y platos preparados. Y ahí es donde dejas de controlar lo que realmente estás comiendo.
Por ejemplo, con el azúcar, estamos consumiendo el doble de lo que la OMS recomienda. ¿Cómo tomar menos azúcar? Si rechazas un yogur sin azúcar porque es amargo, es mejor comprar un yogur y echarle un poco de azúcar que comprar un yogur azucarado; así poco a poco puedes reducir esa cantidad.
Además de los vegetales, tenemos que consumir más legumbre. Aquí también tenemos que aprender nuevas formas de cocinar la legumbre. Hay muchos/as niños/as que no les gustan las legumbres, porque no las han probado nunca, porque no se saben nuevas recetas, o porque es muy tedioso realizar un potaje.
En los comedores escolares también se trata de ofrecer comida saludable y sostenible, y se trata de cuidar la salud fundamentalmente. Si las familias echan en falta carne, que se la ofrezcan en casa pero que confíen que en el comedor se hacen las cosas bien. No es que haya que eliminar la carne, pero le damos prioridad a lo vegetal y a lo fresco.
Las recomendaciones hablan de reducir el consumo de carne pero también hay que preguntarse qué tipo de carne consumimos, ¿no?
La carne fresca no va a ser tan perjudicial como la cantidad de derivados cárnicos que consumimos, que de carne tienen poco. ¿Qué es el restante? Una mezcla de ingredientes que supone no saber lo que estas comiendo.
Es importante hacer entender a la gente que si quieres comer carne es mejor comprar un filete que un canelón relleno de carne. Hay personas que comen carne dos o tres veces al día: una loncha de jamón en la tostada del desayuno, un filete empanado al mediodía y para cenar salchicha con puré de patatas. Lo que se debe comer en una semana se lo han comido en un día. A mí incluso el dato de 3,6 me parece bajo, teniendo en mi cabeza muchas familias que sobreviven así.
¿Es más fácil hacer los cambios cuando eres niña/o que una vez adulta?
Sí. Para adquirir hábitos alimenticios en casa el comedor puede ayudar y es una herramienta clave. Los/as niños/as tiene que ver que sus familias comen legumbres, porque no puede ser que las familias se intentan concienciar con sus hijos, pero no con ellos mismos. A veces la manera mas eficaz para conseguir mejorar los hábitos alimentarios es no comprar ciertas cosas. Yo voy al supermercado y hay por pasillos por los que no paso. El marketing alimentario es brutal, y lo más atractivo casi siempre es lo menos saludable.
Por otra parte, no podemos olvidar el disfrute de la comida. ¿Es importante hacerlo de manera gustosa?
Es imprescindible y no nos podemos olvidar del disfrute, es clave. La comida no es nutrirte solo, es placentera y gustosa y, además debe ser saludable. Los/as niños/as muchas veces están mal acostumbrados/as a sabores grasos y dulces, que nos gusta a todas porque te provocan placer, pero eso se consigue en los ultraprocesados a base de aditivos, azúcares y grasas saturadas.
