Las escuelas infantiles de San Juan/Donibane y Buztintxuri llevan ya inmersas en el proyecto de Menús Saludables “Hemengoak” varios cursos. Tras la exitosa fase piloto, y la buena acogida por parte de las familias, las directoras Edurne Lekunberri (San Juan) e Idoia Erro (Buztintxuri) destacan que “ahora todas comemos mejor, y tanto niños/as, como educadores y familias, hemos adquirido hábitos alimenticios que antes no teníamos”.
Desde que se inició la prueba piloto de los menús saludables en las escuelas infantiles, denominada “Hemengoak”, dos son las escuelas infantiles que empezaron a trabajar y que continúan hoy con el proyecto, ya estabilizado. Se trata de las escuelas de Buztintxuri y San Juan/Donibane, dirigidas por Idoia Erro y Edurne Lekunberri respectivamente. Ambas recuerdan que el mayor cambio fue el cambio de menú, en un proyecto que tuvo “varias fases, con cambios primero de los alimentos industriales a los ecológicos”, a pesar de que “se mantenía la estructura”. Después llegaron cambios sustanciales, que supusieron implicar a las familias, proveedores/as, cocineros/as y demás, y la labor de la dirección ambos centros fue “informar de que todo ello suponía un cambio positivo”. “También nos tocó trabajar en aulas con alumnas/os y educadoras/es” apunta Lekunberri.
La formación fue un pilar fundamental, ya que el personal docente tuvo que formarse en aspectos nutricionales, “cuando antes dábamos de comer, y ahora alimentamos” reflexiona Erro. Han descubierto, entre otras cosas, “la importancia de las proteínas, sus gramajes, cantidades”, teniendo que dejar a un lado “la intuición por la que nos llevábamos antes”. Ambas destacan que “ahora, cuando los niños quieren repetir, se les da de alimentos ricos en vitaminas, dejando grasas o proteínas para el menú principal”.
Un cambio importante ha supuesto también “el día del plato único”, donde presentan una especie de plato combinado con cereal, legumbre y verdura. En las escuelas adscritas a “Hemengoak” se consumen alimentos de temporada, y ello suscita que “hayamos descubierto nuevos alimentos, sabores, colores…” tal y como dice Edurne Lekunberrri, a lo que Idoia Erro añade que “hay una variedad que antes no había”. También la presentación ha cambiado, y ahora, entre otras cosas, “muchas verduras se presentan en salsa, o acompañando a la pasta…”, tal y como explican las directoras “se trata de educar el paladar, el olfato y la vista”, porque “los/as niños/as en esta franja de edad están abiertos a probar y a aprender”.
La iniciativa empezó en el curso 16/17, y para las escuelas fue “como cuando toca un sorteo del estilo de la lotería”, porque “queríamos que nos tocara”. Desde el principio las familias se implicaron a pesar de que, había dudas del estilo: encarecimiento del precio a cambio de calidad, hábitos alimentarios, intolerancias… Todo ello supuso un trabajo, que ha demostrado que “comer bien, no es comer caro”.
Otras escuelas se han interesado por el proyecto, sobre todo en el ámbito de la adaptación de los y las más pequeñas a los nuevos alimentos. Edurne Lekunberri cuenta que “hay que tener en mente que se han introducido alimentos que no son habituales en muchas casas, como: trigo sarraceno, mijo…”, pero que “también son nuevos para nosotras”. Lo cierto es que “los comen a gusto” a pesar de que “los más mayores fueron los menos receptivos al principio, ya que tenían un hábito” hace balance, Idoia Erro, pero “ahora que ya hay generaciones que lo han tenido desde el principio, lo cierto es que todos lo aceptan sin problema”.
También se ha creado una coherencia entre los hábitos educacionales o línea educativa y la alimentación, ya que en ambas escuelas se potencia la atención, la interacción y la variedad, y ahora eso “también existe a la hora de comer”. Ahora, “mucha gente nueva, viene porque este tema es un valor añadido a la oferta”. Además en el proyecto Hemengoak, se trabaja con producto local, KM0, y ecológico. Ello permite, que las familias puedan conocer directamente a los productores/as, con lo que ello implica: cercanía, empatía, conocimiento directo de los procesos…
Otro cambio ha supuesto en el ámbito de las intolerancias y de la diversidad de hábitos alimenticios. Con el proyecto, ambas escuelas destacan que “se ha reducido el día en que niños/as con restricciones alimenticias comen diferente, y ello también ha supuesto un cambio en las cocinas, ya que pueden cocinar para todos lo mismo”. Los cocineros/as “se han tenido que implicar, y están contentos porque para ellos supone volver a la esencia de la cocina, con productos variados, a veces nuevos, y ello les permite innovar y jugar”.
En resumen, Hemengoak ha supuesto, más allá de la novedad, el crear nuevos hábitos “también en nuestras casas”, ya que ha hecho reflexionar sobre la importancia del Km0, la calidad, la alimentación ecológica, la reducción de residuos generados…
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